martes, 6 de noviembre de 2007

¿Qué son las adicciones?

La adicción es una enfermedad primaria, crónica con factores genéticos, psicosociales y ambientales que influencian su desarrollo y manifestaciones. La enfermedad es frecuentemente progresiva y fatal. Es caracterizada por episodios continuos o periódicos de: descontrol sobre el uso, uso a pesar de consecuencias adversas, y distorsiones del pensamiento, mas notablemente negación.Primaria se refiere a la naturaleza de la adicción como entidad patológica separada de otros estados patofisiológicos que pueden estar asociados.Primaria se refiere a que la adicción no es un síntoma de otro proceso patológico subyacente.Enfermedad significa una discapacidad involuntaria. Representa la suma de fenómenos anormales que se presentan en un grupo de individuos. Estos fenómenos estan asociados con un conjunto específico de características comunes, por lo que estos individuos difieren de la norma, y que los coloca en desventaja.
Frecuentemente progresiva y fatal significa que la enfermedad persiste a lo largo del tiempo y que los cambios físicos, emocionales y sociales son frecuentemente acumulativos y progresan mientras el uso continúa. La adicción causa muerte prematura a través de sobredosis, complicaciones orgánicas que involucran al cerebro, hígado, corazón, y otros organos, dependiendo del tipo de adicción; y contribuye a la ocurrencia de suicidios, homicidios, violencia, maltrato, violación y abuso sexual, accidentes y otros eventos traumáticos interpersonales y/o familiares.
Descontrol se refiere a la inhabilidad para limitar el uso, la duración del episodio de uso, la intensidad del uso y las consecuencias conductuales del uso.
Preocupación asociada con el uso se refiere a la inversión excesiva de atención hacia el uso, el sustrato del uso, los efectos del uso, las situaciones relacionadas con el uso; lo cual significa una gran inversión de energía y tiempo en las actividades adictivas, traduciéndose en un relativo descuido de los intereses importantes de la vida diaria.
Las consecuencias adversas son problemas relacionados con el uso que llevan a impedimentos en las areas de: salud física, funcionamiento psicológico, funcionamiento interpersonal, funcionamiento ocupacional; y problemas legales, financieros y espirituales.
La negación es usada aquí, no solo en el sentido psicoanalítico de un simple mecanismo de defensa que descalifica el significado de los eventos, sino más ampliamente incluyendo un amplio rango de maniobras psicológicas diseñadas para reducir la cociencia del hecho de que el uso es la causa de los problemas del individuo, más que una solución a estos problemas. La negación se convierte en una parte integral de la enfermedad y un obstáculo importante para la recuperación.


Tipos de Adicciones

Las adicciones pueden ser de varios tipos: a sustancias psicotrópicas (como la nicotina y la cocaína) o también a comportamientos específicos (como los juegos de azar; videojuegos, etc; La sensación de bienestar o placer que produce el consumo de algunas sustancias es provocada por transformaciones bioquímicas en el cerebro, de tal manera que la ausencia de consumo provoca el efecto contrario: malestar generado por la carencia de químicos que alivien la tensión. El placer que provoca la sustancia al adicto es poco duradero y según transcurre el tiempo, el placer es menor. Esta insensibilización progresiva se denomina tolerancia. Si las drogas se usan como un escape de problemas que no se saben resolver, la probabilidad de adicción es mucho más alta que si es por motivos lúdicos. Aunque siempre hay, en mayor o menor medida, algún tipo de riesgo.
Alcoholismo
Tabaquismo
Toxicomanía o Drogadicción

Actividades
Codependencia (adicción a los demás y/o sus problemas)
Ludopatía (adicción a jugar)
Cleptomanía (adicción a robar)
Potomanía (adicción a beber)
Mitomanía (adicción a mentir)
Adicción al sexo
Adicción a sectas
Adicción al trabajo
Adicción a la pornografía
Adicción al Internet
Adicción a la comida (comedores compulsivos u obesos)

Adicción a las Sustancias


Se habla de abuso de sustancias cuando se utiliza un fármaco u otra sustancia con fines no médicos, con la intención de producir algún tipo de efecto que 'altere la mente' del consumidor. Esto incluye tanto el consumo de sustancias ilegales como el abuso de fármacos legales, si se utilizan con fines distintos del uso al que están destinados. A menudo esto implica el consumo de una sustancia en cantidades excesivas.La adicción es un estado de dependencia física y/o psicológica de una sustancia. La adicción física incluye el desarrollo de tolerancia (necesitar más y más cantidad de droga para que se consiga el mismo efecto) y síntomas de abstinencia que aparecen cuando el consumidor deja de tomar la droga, y desaparecen cuando se vuelve a tomarla.Pueden consumirse muchos tipos distintos de drogas: no sólo las drogas ilegales, tales como la heroína, hachís, cocaína o éxtasis, sino también los fármacos tales como los tranquilizantes, analgésicos (calmantes), y somníferos. Incluso se puede abusar de los medicamentos como los jarabes para la tos o hierbas medicinales, y el abuso del alcohol es algo que preocupa gravemente.Algunos de los riesgos asociados con el consumo de drogas incluyen:- El riesgo relacionado con la seguridad personal (peligro de muerte o de lesiones en caso de sobredosis, accidente o agresión).- Los daños a la salud (incluyendo daños cerebrales, fallo hepático, problemas mentales, etc.)- Las consecuencias legales (riesgo de encarcelamiento, multas y antecedentes penales) - La conducta destructiva (daños a uno mismo, a la familia y amigos).
La drogadicción también es una causa corriente de problemas financieros y de dificultades en la escuela o en el trabajo. Muchas personas podrían mentir o robar para poder seguir usando la droga y, como resultado, pueden perder la confianza de sus amigos y familiares. Pueden sentir vergüenza o culpabilidad, debido a los continuos fracasos en su intento de controlar su adicción a la droga. A pesar de todas estas dificultades, las personas que dependen de las drogas a menudo negarán que tienen un problema. Una persona podría negar el problema pese a ser consciente, y estar por ello disgustada, de los efectos que el consumo de drogas tiene sobre sí mismo, y sus familiares y amigos. A pesar de estos efectos negativos, se siente obligada a seguir usando la droga y, por ello, su reacción es negar que tenga un problema de drogas, o negar que es perjudicial para sí mismo o para los demás. Se puede abusar del alcohol y de las drogas por muchas razones. Comprender la motivación del consumidor puede ayudar a explicar el porqué de su abuso. La causa del consumo de drogas y de su adicción dependerá de la naturaleza de la droga que se está consumiendo, de la persona que la toma y de las circunstancias en las que se toma.Ciertos medicamentos como los somníferos o los calmantes crean adicción física. Esto significa que provocan cambios en el cuerpo, lo que significa que, con el tiempo, la persona necesitará seguir tomando la droga para funcionar normalmente (tolerancia). Si no se toma la droga, se producirán desagradables síntomas de abstinencia, y la única forma de evitarlo es tomar más droga. Las personas suelen necesitar cantidades cada vez mayores de droga, simplemente para evitar estos síntomas desagradables. Otras drogas pueden dar lugar a una adicción psicológica si la persona tiene ansia por el efecto producido por la droga. La persona comienza a confiar en la droga simplemente para experimentar sensaciones agradables, tales como relajación, autoconfianza, autoestima, no sentir ansiedad etc. La necesidad de la droga entonces no es sólo un deseo casual, sino un poderoso impulso.Existe evidencia de que ciertas personas podrán correr mayor riesgo de abuso o adicción a las drogas que otras - podrían haber heredado de sus padres una predisposición a la adicción. Sin embargo, las presiones sociales y otros factores externos (estrés, pobreza, otras enfermedades) también son extremadamente importantes. La presión de los compañeros, la angustia emocional y la baja autoestima todas ellas pueden llevar a los individuos al consumo de drogas. El fácil acceso a las drogas es otra importante influencia.Si una persona consume una droga para sentirse mejor o para afrontar sus problemas, es posible que comience a depender continuamente de la bebida o de las drogas como una forma de evitar las situaciones o los sentimientos difíciles. Podría perder, o no aprender nunca, las dotes necesarias para hacer frente a la vida.

Los individuos que consumen las drogas (o el alcohol) ocasionalmente, nunca creen que van a depender de ellas, pero para algunos individuos, el consumo ocasional de una droga puede convertirse en una drogadicción. Es posible que tomen la droga por primera vez por alguna razón determinada (p. ej., curiosidad, presión de sus compañeros, una necesidad de sobrellevar una crisis emocional). Pueden encontrar el efecto de la droga eficaz y agradable. Podría hacer que se sientan confiados, relajados o potentes. Habiendo tenido una buena experiencia, tomarán otra vez la droga, tratando de repetir el efecto, y podrán seguir tomándola cada vez con más frecuencia. En alguna fase, llegan a tener una dependencia física o psicológica de la droga. Esto significa que son incapaces, por su propio esfuerzo, de dejar de tomar la droga o de reducir su consumo. No tienen elección, lo único que pueden hacer es seguir tomándola para sentirse normales. Es posible que se den cuenta de que están bebiendo o usando más de lo que solían hacer, y pueden tratar de reducir su consumo rebajando la cantidad que toman cada vez, bebiendo/usando la droga sólo ciertos días o cambiando a otra droga. Sin embargo, es muy corriente que sus esfuerzos terminen por fracasar completamente. El darse cuenta de que son incapaces de reducir la bebida o el consumo de las drogas, puede ser muy confuso y angustioso para la persona en cuestión.La dependencia a la droga afecta a personas muy distintas, y en formas muy diferentes. El problema consiste no solo en que afecte a heroinómanos indigentes o a borrachos vagabundos. Por ejemplo, algunas personas necesitan beber o tomar drogas para sentirse seguras cuando tienen contactos sociales con otras personas. Es posible que tengan que tomar cada día un trago o una droga para evitar los síntomas de abstinencia. Algunas beben o consumen drogas para olvidar problemas personales, otras para hacer frente al estrés de la vida cotidiana. Pese a que no les sea posible reconocer su problema, cualquiera que sienta una necesidad absoluta de seguir usando una sustancia para sentirse mejor es, de hecho, dependiente de dicha sustancia.

Abuso de sustancias por parte de los adolescentes y de los adultos jóvenes
El abuso de drogas y alcohol entre la gente joven es muy corriente, y puede tener consecuencias graves. Un gran porcentaje de las muertes (causadas por accidentes, homicidios, suicidios) entre las personas de edades comprendidas entre los 15 y 24 años están relacionadas con el abuso del alcohol o de las drogas. El consumo de drogas y alcohol también contribuye a las acciones criminales violentas, tales como el asalto o la violación.El consumo reiterado y regular de drogas puede conducir a otros problemas, como la ansiedad y la depresión. Algunos adolescentes consumen regularmente drogas o alcohol para compensar la ansiedad, depresión, o la falta de aptitudes sociales. El consumo del tabaco y del alcohol por parte de los adolescentes puede ser, algunas veces, el primer paso hacia el consumo de otras drogas, tales como la marihuana, cocaína, halucinógenos, inhalantes, y heroína. Algunas veces, la combinación de curiosidad, conducta arriesgada, y presión social puede hacer muy difícil para los adolescentes el decir 'no'.Un adolescente con un historial familiar de abuso de alcohol o de drogas, y una ausencia de dotes sociales puede pasar rápidamente de la experimentación a los perfiles de un abuso o dependencia serios, aunque los que carecen de historial familiar también corren riesgos. Se debería aconsejar a los adolescentes que tienen un historial familiar de abuso del alcohol o drogas que se abstengan y no experimenten. Nadie puede predecir con seguridad quién abusará o se convertirá en un drogadicto, excepto que quienes no prueban nunca lo serán.Los signos de advertencia del abuso del alcohol o de las drogas por parte de un adolescente pueden ser:- Un bajón en el rendimiento escolar- Cambiar de grupo de amigos - Conducta delincuente - Un empeoramiento en las relaciones familiares. Puede haber también signos físicos, tales como los ojos rojos, una tos persistente, y cambios en los hábitos de alimentación y del sueño. La dependencia del alcohol o de las drogas puede incluir 'blackouts', síntomas de abstinencia, y problemas más graves en el hogar, escuela o trabajo.

Tratamiento del abuso y de la adicción
El primer paso en el tratamiento es el reconocimiento por parte del individuo de que tiene un problema. El médico de cabecera será capaz de recomendar un tratamiento para las adicciones a las drogas. Podría sugerir que la persona en cuestión deberá visitar a un médico especializado en problemas de adicción.Las personas que se han vuelto dependientes física o psicológicamente, hasta un cierto grado, de una droga, suelen darse cuenta de que están bebiendo o consumiendo más de lo que solían hacer. Podrían intentar entonces reducir su consumo de droga. Esto podría significar reducir la cantidad que toman cada vez; beber/consumir sólo ciertos días; cambiar a otra droga (p. ej., del whisky a la cerveza, del hachís al alcohol, de la heroína a la metadona) etc. Algunas veces, el tratar de reducir el consumo implica un cambio de vida (mudarse de casa, cambiar de trabajo). Sin embargo, es muy corriente que tales esfuerzos fracasen por completo, con gran asombro y consternación del individuo. Entonces tendrán que enfrentarse al hecho de que la drogadicción está más allá de su control, y que necesitan ayuda para enfrentarse a este problema.El tratamiento deberá adecuarse a las necesidades del individuo, y no hay un tratamiento único que se utilice en todos los casos. La elección del tratamiento también dependerá de que tipo de droga se esté consumiendo. Los tratamientos incluyen terapias psicológicas, tales como la terapia conductual, y medicación para ayudar al individuo con síntomas de abstinencia. Las áreas específicas a las que debe prestarse atención durante el tratamiento incluyen:- Desintoxicación (el proceso de dejar de consumir la droga mientras se hace frente a la adicción física) - Evitar las recaídas - Sobrellevar las recaídas - Rehabilitación a largo plazo.

Trastornos relacionados con el alcohol
Para muchas personas, el beber alcohol es solo una forma agradable de relajarse. Los individuos que beben en exceso corren el riesgo de dañarse a sí mismos y a aquellos que les rodean. Los problemas con el alcohol pueden suponer un riesgo mortal, pero las terapias pueden ayudar a las personas a recuperarse.Para la mayoría de los adultos, el consumo moderado de alcohol (no más de una o dos bebidas al día, una para las mujeres y las personas ancianas) es relativamente inofensivo, pero todos los bebedores deben ser conscientes de los riesgos asociados con el consumo de alcohol. El consumo moderado del alcohol yace en un extremo de toda una gama de conductas; en el otro extremo están el abuso del alcohol y el alcoholismo. Debido a que el alcoholismo suele contemplarse como un signo de debilidad, muchas personas esconden el hecho de que beben o niegan que tengan un problema. De hecho, el alcoholismo es una enfermedad que no es más signo de debilidad de lo que lo es el asma o la diabetes. Muchas personas (especialmente las que tienen un trabajo, familia y otras formas de apoyo social) pueden resolver sus problemas, aunque algunas necesitarán varios intentos.


Abuso del alcohol
El alcohol es, con mucho, la droga de la que más corrientemente se abusa en muchos países. Parte de la culpa la tiene su fácil disponibilidad y su aceptación social. Las personas que abusan del alcohol beben sistemáticamente en exceso, y hasta tal punto que la bebida puede llegar a tener efectos perjudiciales. Las personas que abusan del alcohol pueden no cumplir con sus obligaciones educativas, laborales o familiares. Podrán surgir problemas legales relacionados con la bebida, tales como las condenas por conducir en estado de embriaguez, y la bebida podrá causar problemas en sus relaciones personales.

Alcoholismo
Las personas con alcoholismo (dependencia del alcohol) son compulsivas a la hora de beber alcohol. El alcoholismo nada tiene que ver con la clase de alcohol que se bebe, o incluso con la cantidad que se bebe. Las personas que dependen del alcohol simplemente han perdido la capacidad de controlar la bebida.

Drogas estimulantes
Los estimulantes son drogas que estimulan el cerebro, y tienden a incrementar la actitud de alerta y la actividad física. Incluyen las anfetaminas, la cocaína, la cocaína crack y algunos inhalantes. La cafeína (presente en el té, el café y muchos refrescos) es también una droga ligeramente estimulante (la cafeína crea adicción y una persona que deja de tomar bruscamente café puede experimentar síntomas de abstinencia). Las drogas estimulantes de las que más se abusa son la cocaína, la cocaína crack (una forma pura de cocaína) y las anfetaminas.Los diferentes estimulantes actúan de forma distinta en el organismo. Por ejemplo, los inhalantes a base de nitrato provocan la dilatación (ensanchamiento) de los vasos sanguíneos; la cocaína y el 'crack' alteran los niveles cerebrales de la serotonina (neurotransmisor químico cerebral); las anfetaminas afectan la secreción de un compuesto químico diferente, la adrenalina. Hablando de manera general, todos estos estimulantes tienen un efecto similar, producen la estimulación mental y/o física. Esto puede experimentarse como un aumento de energía física y/o claridad y velocidad de pensamiento.

En general, el problema de la bebida puede considerarse como alcoholismo cuando la persona:- Bebe compulsivamente.- Sigue bebiendo a pesar de los efectos negativo.- Se enfada al no disponer fácilmente de alcohol. No toda persona que se emborracha es un alcohólico. Muchas personas beben para experimentar; para ser sociables; para conseguir atención. Sin embargo, los alcohólicos no tienen la intención de emborracharse; el que beban es consecuencia de un impulso incontrolable.Aunque a veces pueden controlar la bebida, los alcohólicos no suelen ser capaces de dejar de beber una vez que empiezan. A medida que aumenta su tolerancia a los efectos del alcohol, podrían necesitar beber cada vez más para sentir el mismo efecto. Algunas personas pueden hacerse dependientes físicamente y sufrir síntomas de abstinencia cuando dejan de beber después de un período en que han bebido en grandes cantidades. Esto puede incluir náuseas (sentirse enfermo), sudoración, inquietud, irritabilidad, temblores e incluso alucinaciones y convulsiones.Se ha estimado que al menos una de cada diez personas abusa del alcohol o es un alcohólico en algún momento de su vida. Los problemas con la bebida también son corrientes entre la gente joven, a pesar del hecho de que muchos países imponen límites legales a la edad en que se puede beber en público. El porcentaje de problemas con el alcohol tiende a ser mayor entre los adultos comprendidos entre los 18 y 29 años, y más bajo entre las personas mayores de 65 años.


Adicción a la comida (BULIMIA Y ANOREXIA)


La anorexia nerviosa es una enfermedad mental, que consiste en una pérdida voluntaria de peso por un deseo patológico de adelgazar y un intenso temor a la obesidad.
La pérdida de peso es conseguida por la persona enferma mediante uno o más de los siguientes procedimientos:a) Reducción de la alimentación, especialmente de los alimentos que contienen más calorías. b) Ejercicio físico excesivo. c) Utilización de medicamentos reductores del apetito, laxantes o diuréticos. d) Vómitos provocados.
De esta manera, se produce una desnutrición progresiva y trastornos físicos y mentales que pueden ser muy graves e incluso conducir a la muerte.La padecen chicas jóvenes de edades comprendidas entre 14 y 18 años; este colectivo agrupa el 90% de los casos. En el 10% restante, se encuentran chicos adolescentes, niños, niñas y mujeres maduras.
Sintomas de la anorexia
1) Negativa a mantener el peso corporal por encima de un peso normal mínimo parar edad y altura, por ejemplo, perdida de pese dirigida mantener el peso en 15 por ciento por debajo del esperado.
2) Intenso temor a aumentar de peso o engordar, aun cuando tenga peso insuficiente.
3) Percepción distorsionada del peso, tamaño o figura de su cuerpo.
4) En las mujeres, la ausencia de por lo menos tres ciclos menstruales consecutivos.
En general, usted puede estar absolutamente seguro de que una persona tiene anorexia si observa las siguientes tres semanales de alarma constantes y esenciales:
1) Peso corporal anormalmente bajo.
2) Mantenimiento deliberado de ese peso corporal mediante dieta, ejercicio, abuso de laxantes o diuréticos, o una combinación de los tres.
3) Síntomas de inanición.El rasgo común de este desorden alimenticio, es el intentar a como de lugar, mantener el control sobre la cantidad de comida que se ingiere. Periodos de ayuno, conteo obsesivo del contenido calórico de los alimentos, el ejercicio compulsivo, y/o la purgación después de una comida regular, son los síntomas otros de estos síntomas. En muchos casos estas personas aparentan tener hábitos alimenticios normales con algunos periodos de restricción.
Los anoréxicos son conocidos por comer "galguerías", particularmente dulces, toman grandes cantidades de café y/o fuman.
Síntomas de la bulimia
1) Episodios recurrentes de atracones de comida.
2) Una sensación de perdida del autodominio durante los atracones de comida.
3) El uso regular de vomito autoinducido, laxantes o diuréticos, dieta estricta o ayuno, o ejercicio muy energético para evitar el aumento de peso.
4) Un mínimo de dos episodios de atracón de comida a la semana durante al menos tres meses.
5) Preocupación exagerada por la figura y el peso corporal. Las bulímicas están continuamente obsesionadas por su aspecto y trabajan duro para ser lo más atractivas posibles.
6) Antecedentes de dietas frecuentes. Muchos estudios han revelado que casi todas las personas que desarrollan bulimia han realizado frecuentes intentos de controlar su peso.
7) Síntomas de depresión. Incluyen pensamientos melancólicos o pesimistas, ideas recurrentes de suicidio, escasa capacidad de concentración o irritabilidad creciente.
8) Excesivo temor a engordar. En un estudio reciente, el 92 por ciento de las pacientas bulímicas encuestadas dijeron que sentían pánico o mucho temor a engordar.
9) Comer en secreto o lo más inadvertidas posible.
10) Mantenimiento de al menos un estándar normal mínimo de peso.
A diferencia de las anoréxicas, las bulímicas no tienen una figura demacrada que las traicione. Por supuesto, muchas mujeres con anorexia también desarrollaran bulimia.En síntesis, los desordenes alimentarios, el miedo a la obesidad y las conductas extravagantes en relación con la comida son algunos de los principales síntomas.
Los bulímicos son capaces de ingerir grandes cantidades de comida en poco tiempo y, luego, se generan conductas purgativas como autoprovocarse vómitos o consumir laxantes y diuréticos en forma indiscriminada. La rutina la rematan con desayunos compensatorios que, finalmente, los llevan a repetir el ciclo.
Los anoréxicos tiene una marcada tendencia a la inanición, acompañada por un temor e irracional hacia los alimentos. Se niegan a comer, tienen terror a aumentar de peso, se vuelven incapaces de reconocer los riesgos que eso provoca y oscilan permanentemente entre la hiperactividad y la depresión.
La adicción a las drogas es una característica bastante frecuente entre estas pacientes así como su tendencia a la depresión y a la ansiedad. Además, suelen fracasar en sus relaciones sentimentales.


Causas
La enfermedad no tiene una causa única, sino que existen elementos biológicos, psicológicos y sociales que predisponen a padecerla o la desencadenan directamente. Los factores predisponentes que configurarían un grupo de riesgo serían uno o varios de los siguientes:
- Ser mujer joven.

- Tener antecedentes familiares de anorexia, bulimia, trastornos depresivos, obsesivos o alcoholismo.

- Sufrir previamente un problema de obesidad (o simplemente algo de sobrepeso).

- Poseer determinados rasgos de carácter: ser perfeccionista, excesivamente responsable para la edad o situación, sufrir de inseguridad, timidez o introversión, o tener una baja autoestima.

- Los factores desencadenantes de la enfermedad suelen ser uno o varios de los siguientes:

- Haber ganado peso recientemente y estar a régimen.

- Padecer alguna enfermedad que dificulte o impida comer durante unos días (amigdalitis, gastroenteritis, etc.).

- Haber incrementado el ejercicio físico.

- Recibir críticas sobre el tipo o el peso, en cualquier ambiente.

- Tener que enfrentarse a situaciones nuevas o difíciles, perder a seres queridos, encontrarse en situaciones de aislamiento o soledad.

- Los factores sociales que predisponen a la enfermedad, e incluso la desencadenan, son muchos y muy complejos. La presión social y mediática que existe en torno a la línea y el adelgazamiento tiene un papel decisivo en la aparición y desarrollo de la enfermedad; la moda y la publicidad incitan más frecuentemente a adelgazar que a mantener una buena salud.

- Los factores predisponentes y sociales interactúan entre si determinando una serie de cambios en la personalidad y conducta que, en la pubertad y bajo el influjo de los factores precipitantes, conducen al deseo de adelgazar mediante la realización de dietas y/o ejercicio físico exagerado, lo que en efecto produce una pérdida de peso progresiva. La desnutrición resultante provoca trastornos mentales que refuerzan el deseo de seguir adelgazando, instaurándose de esta manera un terrible círculo vicioso psíquico del que es muy difícil escapar.

Secuelas
La siguiente es una lista de alteraciones orgánicas que pueden quedar en forma permanente como consecuencia de un trastorno alimentario severo. Las secuelas son tanto más frecuentes cuanto mayor ha sido el tiempo de evolución de la enfermedad.Lamentablemente se ha comprobado que la tasa de mortalidad se incrementa ostensiblemente luego de transcurridos cinco años de enfermedad, siendo infrecuente en las etapas iniciales; de ahí la importancia de la detección precoz de estos trastornos para no demorar el tratamiento.

Secuelas cardiovasculares:
- Arritmias: extrasístoles supraventriculares y ventriculares

- bloqueos de ramas H. de Hiss

- bradicardia

- Disminución del tamaño cardíaco : corazón “en gota”

- Prolapso de válvula mitral: según el grado de severidad, es una de las causas principales de muerte súbita, junto con las arritmias producidas por otros mecanismos

- Hipotensión- Extremidades frías

- Cierto grado de insuficiencia cardíaca

Secuelas endocrinológicas:
- Ovarios poliquísticos: esterilidad

- acné severo - incremento del vello

- alopecía

- androgenización

- Osteoporosis (disminución de la densidad ósea): tendencia a las fracturas patológicas

- Déficit de hormonas tiroideas, con la consecuente disminución del metabolismo basal

- Trastornos en la regulación de la producción de insulina: curvas anormales de tolerancia a la glucosa

Secuelas dermatológicas:
- Alopecía (caída del cabello): miniaturización de los folículos pilosos, cabello fino, ralo y quebradizo- Acné tardío

- Piel pálido-amarillenta y seca, con tendencia a la ruptura de vasos capilares (“arañitas”)

Secuelas digestivas:
- Síndrome de malabsorción por “intestino liso”: hay una gran disminución en la superficie absortiva intestinal lo que conlleva fundamentalmente a déficits minerales (hierro, calcio, magnesio y zinc) y polivitamínicos

- Alteraciones en el ritmo evacuatorio: diarrea

- constipación

- Reflujo gastroesofágico: debido a alteración permanente del esfínter esofágico inferior provocada por los reiterados vómitos autoinducidos

- Úlcera gastroduodenal

- gastritis crónica

Secuelas hematológicas:
- Déficit de leucocitos (glóbulos blancos), lo que determina mayor propensión a las infecciones. Muchos pacientes presentan alteraciones inmunológicas similares a las del SIDA

- Anemia difícil de revertir, con tendencia a la cronificación

- Trastornos en la coagulación sanguínea: déficit de plaquetas

Secuelas nerviosas:
- Anomalías electroencefalográficas

- Atrofia de determinadas áreas cerebrales a expensas de dilatación ventricular: afortunadamente suele ser reversible con la recuperación nutricional

- Psicosis

Secuelas psiquiátricas:
En muchas ocasiones le es difícil al médico psiquiatra efectuar un diagnóstico preciso, puesto que suele haber superposición de signos y síntomas característicos de diversas enfermedades psiquiátricas.La sintomatología varía en función de la estructura de personalidad y la predisposición genética de cada paciente.Los trastornos psiquiátricos que con mayor frecuencia se hallan son:

- Trastornos de ansiedad diversos: ansiedad generalizada, trastorno de pánico, fobia social, etc.

- Trastornos afectivos: depresión mayor, trastorno bipolar (alternancia de depresión y manía), trastornos esquizoafectivos, neurosis depresiva

- Trastorno obsesivo-compulsivo (T.O.C.)

- Trastornos psicosomáticos: hipocondría (preocupación y temor a padecer una enfermedad grave) y trastorno de somatización (el paciente "utiliza" múltiples molestias corporales como medio de liberar las tensiones internas)

- Psicosis diversas (esquizofrenia en sus diversas formas, pero sólo en la persona con predisposición heredofamiliar)

- Insomnio y otros trastornos del sueño- Alteraciones del ritmo circadiano

Adiccion a las Compras (o compra compulsiva)


La compra compulsiva, que consiste en el afán desmedido, incontrolado y recurrente por adquirir cosas no es un fenómeno exclusivo de fechas como la Navidad, en las que la insistencia de la publicidad comercial y la tradición consumista podrían explicar un cierto aumento de los gastos.Es una adicción en toda regla que, si bien en su máxima expresión afecta a poca gente, es más común de lo que pudiera pensarse. Es la consecuencia de un impulso irreprimible, un acto poco consciente del que después nos arrepentimos, porque compramos cosas poco útiles o gastamos más de lo que podemos.

¿Qué es compulsión?
La impulsividad y la ansiedad caracterizan la compulsión, que responde a una insatisfacción vital intensa, a la carencia de alicientes o estímulos en nuestra rutina diaria, a la ausencia de actitud crítica y a un alto grado de credulidad y vulnerabilidad ante una publicidad comercial que identifica felicidad, seguridad en uno mismo y bienestar emocional con consumo. Intervienen también otros factores, como el deseo de estimulación social o interés por los lugares donde se congregan muchas personas (el centro comercial o las tiendas), y la inseguridad respecto al propio atractivo físico. La desvalorización y déficit de la autoestima también pueden estar detrás de este consumo irracional. Aunque las primeras manifestaciones del consumo compulsivo comienzan a registrarse en los años veinte, no será hasta los ochenta cuando se convierte en poco menos que una enfermedad social, que alcanza a todo tipo de personas. La mayor vulnerabilidad de los jóvenes podría deberse a que en la adolescencia resulta más difícil controlar los impulsos. Los jóvenes consumistas gustan de frecuentar los centros comerciales y sienten el deseo permanente de ir de compras y adquirir cosas nuevas. En realidad, este comportamiento es el resultado de la insatisfacción personal, de la sensación de tedio y la falta de autocontrol, así como de la ausencia de alicientes, de estrategias de gestión del tiempo libre y de la escasa responsabilidad en el ámbito económico. Además, en los jóvenes se añade su mayor vulnerabilidad ante los mensajes publicitarios, en una etapa vital muy cambiante y marcada por la inestabilidad personal. Los adictos a la compra sin ton ni son reconocen ver televisión en una proporción que duplica a la de la población no afectada por la compra compulsiva.


Por qué hablamos de adicción
Una conducta sólo se considera adicción cuando el individuo presenta estos tres rasgos: tolerancia (necesidad de consumir cada vez más para lograr la misma emoción), síndrome de abstinencia (cuando no se puede satisfacer la adicción) y pérdida del control (incapacidad de frenar en el consumo). La compra compulsiva -al menos, en sus manifestaciones más extremas- reúne todas estas características: la voluntad del afectado es casi nula, la satisfacción por la compra realizada deviene efímera y se entra en una espiral de la que difícilmente se puede salir sin la ayuda de un especialista. De todos modos, maticemos: no es conveniente resolver situaciones de ansiedad comprando cosas poco necesarias o que desequilibran nuestro presupuesto, pero no hay por qué renunciar a comprar lo que nos depara satisfacción si mantenemos el control sobre esta actividad y sus consecuencias.


Nos hallamos en situación de alarma si...
• Cuando nos sentimos tristes, deprimidos o enojados, lo único que nos calma es ir de compras. • Compramos con frecuencia cosas poco útiles, que después nos arrepentimos de haber adquirido. • Tenemos la casa llena de artículos que no hemos usado y que nos resultan inservibles. • Nos precipitamos a la hora de comprar, porque no podemos controlar nuestros impulsos. • Del entorno familiar y de amigos nos llegan mensajes críticos con nuestra desmedida afición a comprar. • Aun a pesar de haber comprado muchas cosas o haber realizado un gran gasto, nos sentimos insatisfechos cuando reflexionamos en casa sobre los objetos adquiridos. • Vemos que se nos va el dinero sin darnos cuenta, y a menudo estamos irritados por haber gastado el dinero tontamente. • Cuando vemos algo que nos gusta, no paramos hasta comprarlo. • Adquirimos productos “milagro” que intuimos o sabemos inútiles. • Cuando recibimos el extracto de la tarjeta de crédito, nos sorprende sobremanera la cantidad e importe de las compras que hemos hecho. • Nuestro tiempo libre lo dedicamos preferentemente a visitar los centros comerciales o ir de escaparate en escaparate.

Soy un comprador compulsivo. ¿Qué puedo hacer?
• Piense qué quiere, qué le pasa, cómo se encuentra y busque qué alternativa existe, distinta de la de ir de compras. Recupere viejas aficiones o incorpore nuevas, y cultive sus amistades.
• Hable de su problema con personas de su entorno o con aquellas que lo hayan superado.
• Antes de salir de compras, redacte minuciosamente una lista con el propósito firme de no salirse de ella. Cada nuevo producto debe tener su propia justificación.
• Compre con dinero en metálico y deje su tarjeta de crédito en casa.
• Antes de comprar algo, piense en la utilidad que va a darle y si no la tiene, desista de su intención inicial.
• Revise semanalmente la marcha de su economía, el listado de gastos y en qué se han producido. Subraye en rojo los gastos inútiles o poco justificados.
• Si algo le gusta, no lo compre de inmediato, concédase unos días, coméntelo con alguien y, posteriormente, decida.
• Si está convencido-a de que no puede superar su adicción o ha fracasado en varios intentos, acuda al psicólogo.
• La empresa no es fácil, pero recuerde que cada vez que controlamos impulsos irracionales que nos perjudican y los vencemos, hemos conseguido una victoria que nos hace más libres. Las adicciones nada tienen de bueno y cuando las vencemos a base de inteligencia, voluntad y esfuerzo, reafirmamos nuestra personalidad y mejoramos nuestro equilibrio emocional y calidad de vida.

Adiccion al Deporte


La adicción al ejercicio o vigorexia es un trastorno en el cual las personas realizan prácticas deportivas en forma continua, con un fanatismo prácticamente religioso, a punto tal de poner a prueba constantemente su cuerpo sin importar las consecuencias.
Podemos encontrar aquellos que sólo buscan la figura perfecta influenciados por los modelos actuales que propone la sociedad, y aquellos deportistas que sólo quieren llegar a ser los mejores en su disciplina exigiendo al máximo a su organismo hasta alcanzar su meta.
Los adictos al ejercicio practican deportes sin importar las condiciones climáticas, sientan alguna molestia o indisposición, a punto de enfadarse y sentirse culpables cuando no pueden realizarlo o alguien critica dicha actividad.La mayoría no puede dejar de concurrir un día al gimnasio, en el que pasan además muchas horas por día, llegando a convertirlo en su segundo hogar.
Estas personas poseen una personalidad muy característica, similar a los que padecen otras adicciones: tienen baja autoestima y muchas dificultades para integrarse en sus actividades sociales habituales, son introvertidos y rechazan o les cuesta aceptar su imagen corporal. Su obsesión con el cuerpo comparte muchos rasgos con la anorexia.
El fisicoculturismo es uno de los deportes que más comúnmente está relacionado con este tipo de trastorno.

Un poco de historia
La musculatura interesa y resulta en una relación de armonía con el cuerpo, el vigor y la salud. Lejos quedan, por supuesto, las carnosas y voluptuosas damas de los cuadros de Rubens, Giorgione e Ingres, o aquellas sensuales, sonrosadas y repletas ninfas pintadas por Francois Boucher.
No menos, los rollizos caballeros de la época victoriana quienes exponían orgullosos su prominencia abdominal mediante trajes de levita abiertos por delante como signo de prosperidad. Lejos están, también, los escuálidos caballeros y las tuberculosas damas del romanticismo, las estilizadas y frágiles bailarinas de Les Silfides, la plana y esquelética modelo Twiggi, o los famélicos y barbudos hippie y activistas revolucionarios de los años sesenta.
El entusiasmo, la moda y la efervescencia actual por la salud, los músculos y la belleza física, no pueden verse exclusivamente como una sencilla vuelta al ideal de armonía de mens sana in corpore sano o como la búsqueda estética de un cuerpo de perfección clásica. Con un telescopio de largo alcance y el deseo de querer encontrarle un sentido ulterior a los hechos, podríamos entenderlos como un movimiento social hacia la recuperación del cuerpo psíquico. Tal vez, hasta podrían ser las expresiones simbólicas de las últimas etapas de un largo proceso de transformación de la conciencia colectiva que desde principios de siglo venía siendo impulsado por individuos como el psicoanalista alemán Otto Gross o el escritor inglés D.H. Lawrence. La aproximación casi religiosa al amor físico del autor de El Amante de Lady Chatterley, la polaridad entre sus personajes, Cliford y Mellors, el uno, un sofisticado inválido con una concepción abstracta, mecánica y restringida de la vida, el otro, un sencillo e instintivo impulso sexual, replanteaban uno de los temas fundamentales del siglo: la disociación entre la mente y el cuerpo.
Para la generación nacida en la entre-guerra, portadora de la moral burguesa de las clases medias, el cuerpo se mantuvo relegado a segundo plano. La preocupación excesiva por el deporte, la musculatura y la forma corporal, era vista con cierto desdén, indicio de una inteligencia escasa o de un lamentable desinterés por las ocupaciones verdaderamente importantes, los valores espirituales, intelectuales, económicos o profesionales. Había todo un correlato estético al respecto. La erótica, al menos en cuanto al discurso público se refiere, no estaba ligada al cuerpo o a la belleza masculina. El triunfo del bulto estomacal bien desarrollado como "curva de la felicidad' o la afirmación de que "el hombre es como el oso, mientras más feo más hermoso", reflejaban, además de una particular concepción estética, una interpretación valorativa de la posición del cuerpo frente a otros aspectos de la personalidad hacia los cuales el hombre debería canalizar su energía y desarrollo.

Junto a la malicie y al exceso de la sociedad de consumo, una nueva conciencia colectiva comenzó a fijar su atención en la dietética, la salud y el deporte. La vida sedentaria y cómoda del hombre moderno, sus vicios y alocada alimentación, habían mostrado sus efectos perversos. El ejercicio regular popularizado se convirtió en necesidad, en mecanismo de regulación y compensación homeostático de una cultura volcada, paradójicamente, al mínimo esfuerzo corporal. Si, por un lado, gran parte del afán de progreso del siglo XX fue un esfuerzo titánico para ahorrar movimientos, y mucho del desarrollo económico y del avance tecnológico y científico, tuvo como meta el logro de mayor comodidad, por el otro, esos mismos seres humanos se vieron obligados a inventar toda una cultura de nuevas ocupaciones y actividades que les permitieran reactivar con su hemisferio cerebral izquierdo todos los movimientos que su capacidad de abstracción con tanto celo había ahorrado. Es difícil procesar el doble mensaje de una civilización esquizoide que primero nos envuelve y seduce con la magia de un sin fin de artefactos que reducen al mínimo la actividad corporal, ofreciéndonos un clima de sedentario y cómodo reposo, para luego obsesionarnos y obligarnos a consumir frenéticamente toda la energía que previamente habíamos economizado.
A pesar de ese doble mensaje surgió una nueva apreciación estética y otra forma de experimentar el cuerpo. Aunque para algunas personas el ejercicio no es más que una simple diversión o una agradable actividad destinada a llenar el ocio, mientras que otras lo toman como una tarea indispensable para mantener la forma y esculpirse un cuerpo hermoso de acuerdo al ideal de belleza imperante, la revalorización del esfuerzo físico puede también revivir una forma de conciencia olvidada por la historia de la cultura occidental. Es un reaparecer del cuerpo sutil, del cuerpo psíquico donde naturaleza y espíritu confluyen en el espacio intermedio del alma y donde, sensaciones, emociones, imágenes y pensamientos se aglutinan como unidad orgánica capaz de ofrecer, por breves instantes, destellos de significado. Al igual que las Ménades alcanzaban una fuerza extraordinaria en la danza y éxtasis místico que las caracterizaba, el reto, la potenciación del esfuerzo corporal hasta el límite de nuestras capacidades, el sudor copioso, la sensación de músculos poderosos y tensos que nos pertenecen, hacen irrumpir desde el interior una inefable sensación de volcánica totalidad existencial.
Hoy en día, el absurdo de mentes sin cuerpo que tanto obsesionó a D.H. Lawrence pareciera superado. Tal vez un resultado falaz de esa creencia, es la menor incidencia de la histeria como trastorno clínico, hasta el punto de haber sido oficialmente eliminado su diagnóstico psiquiátrico.
La problemática fundamental del paciente histérico es la mala relación con su cuerpo, con su sexualidad e instintos, con su propia naturaleza. Sin embargo, la bulimia y la anorexia son cada día más abundantes, y ello puede ayudarnos a pensar en la cara negativa del culturismo físico.
La religiosa dedicación al ejercicio, la multitud de personas que se someten repetidamente a todo tipo de dietas, corren y suben el cerro varias veces al día, hacen aeróbic, yoga, nadan y montan bicicleta, puede entenderse, a su vez, como una posesión para el cuerpo. Al igual que los casos de histeria colectiva durante el medioevo, donde el cuerpo hacía una aparición forzosa a través de la dancing-mania, el baile de San Vito o el Tarantismo, la posesión de la Ménades, frenéticas seguidoras de Dioniso, reaparece en el incesante movimiento del body-building.
En todos esos seguidores y adoradores de la Diosa Salud, en aquellos que asocian la totalidad de mente y cuerpo a la ausencia de enfermedad, actúa solapadamente un particular mecanismo de defensa: una represión del Arquetipo del Inválido. Esas enérgicas mentes y saludables cuerpos armoniosamente bronceados por el sol, que después de correr varios kilómetros desayunan con base a fibras, y salen para sus trabajos tan frescos como una lechuga, suelen olvidar que el arquetipo del invalido, los sentimientos, emociones y limitaciones que él genera pertenecen también a la naturaleza humana. Todos tenemos alguna deficiencia y debilidad mental o corporal. Todos tenemos algo dañado, algún defecto o impedimento, alguna malformación, algo permanentemente fuera de lugar. Ellos hacen posible una apreciación diferente y profunda del sentido de la vida. Las fantasías de salud desarman la capacidad para convertir en experiencias de significado nuestra propia debilidad, nuestros defectos innatos, los accidentes que sufrimos y el natural deterioro y decaimiento de nuestras capacidades físicas y mentales.

Adiccion al juego


Se estima que en Argentina más de 300.000 personas sufren serios problemas con el juego y casi 100.000 presentan algunos de los síntomas característicos de los ludópatas. El punto de partida en este tema es que el juego patológico, aunque pueda parecer un vicio, es una enfermedad. Porque, aunque el juego en general es algo normal y deseable, cuando se constituye en adicción se convierte en enfermedad. Muchas personas han llegado a perderlo todo, dinero, familia, trabajo, relaciones, por culpa de su dependencia del juego. Para estos enfermos, el juego es una obsesión que puede considerarse como un descontrol de los impulsos, lo mismo que sucede con el impulso de robar (cleptomanía) o de quemar cosas (piromanía).
Hay ludópatas que hallan placer en el hecho de jugar, otros que dicen ganar dinero jugando y también los hay que afirman ser unos expertos en los trucos del azar y que son capaces de detectar cuándo, por ejemplo, la maquina “está caliente” y se dispone a dar premios cuantiosos.
Todos sabemos que si se llaman juegos de azar es porque no hay forma de controlar sistemáticamente los resultados del juego y, por tanto, apenas intervienen las habilidades de la persona para saber cuándo se cantará bingo, si la ruleta se detendrá en tal o cual número o si el premio de la lotería se venderá en tal o cual local. Por otro lado, algunos ludópatas se excusan asegurando que jugar les libera de tensiones cotidianas, que les divierte, les distrae o les permite albergar la esperanza de un futuro sin problemas económicos.


Lo primero es reconocer el problema
Casi siempre son situaciones que se prolongan en el tiempo, porque el jugador patológico raramente reconoce serlo. Muestra tendencia a mentir incluso a los seres más próximos, a endeudarse para saldar deudas de juego y así poder jugar nuevamente para eliminar la nueva deuda contraída, aunque manifiesta que todo se solucionará enseguida, cuando llegue la “racha buena”.
Minimizan su problema manifestando (como lo hacen otros adictos, por ejemplo al alcohol) “esto lo dejo cuando yo quiera”. Con frecuencia, la ludopatía es una adicción que se presenta asociada a otras: alcohol, tabaco, medicamentos, drogas...
El perfil más clásico de quien juega de modo patológico es el de una persona caprichosa, con problemas de ansiedad, dificultades de adaptación social y escasa tolerancia de las frustraciones. En cuanto a las formas de juego, junto al bingo, las loterías y los casinos, las máquinas tragamonedas merecen una atención específica, aunque sólo fuera por su proliferación y por esa cercanía tan inmediata a toda la población.
El atractivo de las tragamonedas consiste no sólo en la relativa frecuencia con que suenan las monedas al caer, aunque sean en poca cantidad, sino además derrochan músicas, palabras seductoras y colores en movimiento que estimulan y atraen al posible jugador.
Quienes han diseñado los programas de las máquinas conocen los mecanismos del comportamiento humano. Refuerzan de tal manera la conducta que quienes padecen alguna debilidad anterior fácilmente corren el riesgo de convertirse en adictos a ese juego y a otros. Las tragamonedas devuelven al jugador un porcentaje fijo del dinero captado. Pero sepamos que si se juega de forma continuada, se pierde siempre, irremisiblemente. Mantienen la atención y la tensión del jugador concediendo pequeños premios de vez en cuando. Como las máquinas pueden ser en cierto modo manejadas por el jugador que selecciona opciones mediante palancas o botones, se le hace creer a este que de alguna manera controla el resultado de los premios a obtener.


Qué hacer ante la ludopatía
Las familias de jugadores patológicos pueden solicitar la prohibición de que entren a ciertos lugares de juego, como bingos y casinos.
Si existen indicios razonables de juego patológico, acudir a profesionales especializados y también a asociaciones de autoayuda para las ludopatías.
Normalmente, un ludópata no puede dejar de jugar sin recibir ayuda, por mucha fuerza de voluntad que tenga.
La ludopatía rara vez tiene una sola causa o circunstancia. Requiere de la intervención de especialistas de la psicología para diseñar el proceso de deshabituación.
Es frecuente que el ludópata tenga una personalidad inmadura, miedos, sentimientos de inferioridad y falta de responsabilidad.
Como una de las características del ludópata es la impulsividad, la intervención consistirá en una reestructuración de la personalidad, que le permita afrontar situaciones difíciles, tolerar la frustración y aprender a fijarse limites.
Además debe intervenirse en el entorno familiar o social, como en cualquiera otra adicción.
La familia debe entender que se trata de una enfermedad y asumir la responsabilidad de acompañar y ayudar al paciente en el proceso de deshabituación.
Y la prevención. Sin ir más lejos, es importante que los hijos no oigan frecuentemente que una lotería o un juego solucionaría nuestras vidas. Deben saber desde muy pequeños que con los juegos de azar siempre se acaba perdiendo.

Adiccion al Trabajo


Sintomas:
- Pérdida de interés por realizar actividades gratificantes.

- Tiempo perdido en cosas poco importantes y entendido como si fuera imprescindible.
- Mucho tiempo invertido en proyectos y actividades relacionadas con el trabajo.
- Pérdida del círculo social.
- Desaparece el tiempo libre, se trabaja fines de semana, festivos, se lleva trabajo para casa.
- Pérdida de relaciones conyugales o familiares por no dedicarles tiempo.
- Individualidad.
- Problemas de sueño y alimentación, cansancio crónico.
- Pérdida de interés por conversaciones que traten temas no relacionados con el ámbito laboral.

La conducta se mantiene porque cubre una serie de necesidades como:
- Sentirse útil.

- Sentirse valorado por el grupo de trabajo o jefes.
- Escapar de una situación conflictiva como pueden ser: problemas familiares, de pareja...
- Eludir responsabilidades del día a día: con niños, casa, economía familiar, etc.
- Escapar de situaciones sociales que no nos gustan con la excusa del trabajo.
- Sustituye la sensación de fracaso o de inseguridad en uno mismo, ya que en ese ámbito laboral se está muy bien valorado y apreciado.

Criterios emocionales:
La dedicación al trabajo sirve en muchos casos como mecanismo de escape de una realidad patente a la cual el individuo no quiere enfrentarse.

Al igual que el resto de las adicciones, la persona se siente estimulada y relajada durante ese periodo, escapa de situaciones que no sabe como controlar y se refugia en su adicción para seguir adelante, ya que enfrentarse a su realidad sería muy duro.

Creado por: Cecilia Mirabelli